” Y mojado el pan, se lo dio a Judas…”
(Juan 13, 21-33-36-38)
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Es la más dolorosa de las traiciones: la de un amigo.
Para la persona que amamos, bajamos las defensas.
Jesús optó por no defenderse;
la fuerza del amor está en la misericordia.
El pan que Jesús ofrece a Judas es señal de amistad, de confianza, de intimidad.
Jesús se comporta con Judas (y con nosotros) como el mejor de los amigos.
El se mantiene fiel, a pesar de las traiciones.
Nunca retira su confianza.
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