Un día un señor le dijo a la Madre Teresa de Calcuta:
– El trabajo que tú haces, yo no lo haría ni por todo el oro del mundo”.
Ella le respondió: Seguir leyendo AMAR HASTA QUE DUELA, PORQUE SINO…
Un día un señor le dijo a la Madre Teresa de Calcuta:
– El trabajo que tú haces, yo no lo haría ni por todo el oro del mundo”.
Ella le respondió: Seguir leyendo AMAR HASTA QUE DUELA, PORQUE SINO…
Dios busca a los “cansados y agobiados”, nos invita a “cargar con su yugo” y a aprender de Él que “es humilde y sencillo de corazón”.
No anda rebuscando Dios entre la élite sino que se detiene a exigir a los que más motivos le damos para que actúe su misericordia. A los que como aquellos leprosos tenemos que cargar con el estigma, en este caso, no de una enfermedad física que nos atormenta, sino de esas continuas recaídas de nuestra conducta que nos alejan de la senda de amar sin condición que Él nos dejó como guión. Seguir leyendo HUMILDES Y SENCILLOS DE CORAZÓN
Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos;y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos. Lc14, (12-14)
Una mañana una mujer bien vestida se paró frente a un hombre desamparado, quien lentamente levantó la vista.. y miró claramente a la mujer que parecía acostumbrada a las cosas buenas de la vida. Su abrigo era nuevo.
Parecía que nunca se había perdido de una comida en su vida.
Su primer pensamiento fue: “Solo se quiere burlar de mi, como tantos otros lo habían hecho … “
“Por Favor Déjeme en paz !!” gruñó el Indigente…
Para su sorpresa, la mujer siguió enfrente de él.
Ella sonreía – sus dientes blancos mostraban destellos deslumbrantes.
“¿Tienes hambre?” -preguntó ella.
“No“, contestó sarcásticamente. “Acabo de llegar de cenar con el presidente … Ahora vete.”
La sonrisa de la mujer se hizo aún más grande.
De pronto el hombre sintió una mano suave bajo el brazo. “¿Qué hace usted, señora?” -preguntó el hombre enojado.
“Le digo que me deje en paz!!” Seguir leyendo LIMOSNA DE AMOR
La barca, que estaba ya muy lejos de la orilla, era sacudida por las olas, porque el viento era contrario.
Al final ya de la noche, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago. Los discípulos, al verlo caminar sobre el lago, se asustaron y decían:
—Es un fantasma.
Y se pusieron a gritar de miedo.
Pero Jesús les dijo enseguida:
—¡Ánimo! Soy yo, no temáis.
Pedro le respondió:
—Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre las aguas.
Jesús le dijo:
—Ven.
Pedro saltó de la barca y, andando sobre las aguas, iba hacia Jesús.
Pero, al ver la violencia del viento, se asustó y, como empezaba a hundirse, gritó:
—¡Señor, sálvame!
Jesús le tendió la mano, lo agarró y le dijo:
—¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?
Subieron a la barca, y el viento se calmó. Y los que estaban en ella se postraron ante Jesús, diciendo:
—Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Mateo 14,24-33
…
Si no me equivoco mucho, has leído este texto en numerosas ocasiones y probablemente lo acabas de repasar con la vista como el que lee o escucha algo que ya sabe de antemano. Pues resulta que yo me he propuesto estar varios días hablando de este pasaje del Evangelio de Jesús…
Una maestra discutía con un estudiante cristiano y le decía:
“Pero Juanito, ¡está científicamente comprobado que un pez no puede tragar a una persona!”.
Y Juanito le contestaba:
“Maestra, usted se equivoca. ¡La palabra de Dios dice que un pez se tragó a Jonás!”. Seguir leyendo ¡BUENA RESPUESTA!
Se acerca el final del Adviento. ¿Cómo ha ido esa espera?
Tras un voluntario periodo de reflexión durante este tiempo, ante la inminente llegada del hijo de Dios, retomo de nuevo los bártulos de escritura para poner a punto este entorno de cara a tan importante acontecimiento.
Hoy comparto dos ideas rápidas ligadas al día 21 de diciembre. Preguntas que me hago a mi mismo, uniendo dos hechos que acontecen hoy, uno a través del Evangelio y otro en lo climático a este lado del mundo:
LA VISITA DE MARÍA A SU PRIMA ISABEL Y EL DÍA CON MENOS LUZ DEL AÑO
…
¿A quién me toca salir a “visitar” a mi hoy, estos días?
¿Estoy dispuesto a salir al encuentro, a comunicarme a compartir experiencias, a ofrecer ayuda? Seguir leyendo LA VISITA Y LA LUZ
Hoy voy a compartir contigo algunas impresiones para abordar una crisis, eso sí, desde el punto de vista cristiano.
Si busco en el diccionario el significado de la palabra “crisis”, la primera definición que me aparece es la siguiente:
…es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable…
¡Vaya!. Una coyuntura (un conjunto de circunstancias que dan lugar a algo) de cambios en cualquier aspecto de una realidad, organizada pero inestable. Es decir, que es cuando lo que tu crees que tienes controlado, por una serie de circunstancias ajenas a tu voluntad, cambia de buenas a primeras.
Casi todos conocemos, y padecemos, la crisis económica. Pero también hay crisis emocionales, se ha oído que la fe católica está en crisis, que un equipo de fútbol atraviesa una crisis o que alguien padece una crisis de salud. Pero hay una crisis de la que hoy quiero hablarte y que me gustaría abordar, como siempre, apoyado en el Evangelio: la crisis en una relación.
¿Cómo vivir una crisis en una relación entre dos o varias personas con lucidez y responsabilidad, sin desviarnos de lo que se nos enseña en el Evangelio y sin hundirnos en la desesperanza de no volver a ver las cosas como al principio? Seguir leyendo UNA RELACIÓN EN CRISIS
Pasó 13 años en la cárcel, 9 de ellos en régimen de aislamiento. No fue hace mucho tiempo, ocurrió en Vietnam desde 1975 a 1988.
François Xavier Nguyên era arzobispo de Saigón cuando fue encerrado. Su principal preocupación en ese momento era saber si podría seguir celebrando la Eucaristía.
En los primeros días de arresto le permitieron escribir a los suyos y él aprovechó para pedirles que le enviaran “un poco de vino como medicina contra el dolor de estómago”. Sus fieles comprendieron enseguida lo que demandaba y le enviaron una botella de vino de misa con la etiqueta: “medicina contra el dolor de estómago”. Lo acompañaban de unas hostias escondidas en una antorcha contra la humedad.
Así lo contaba él: «(…) Nunca podré expresar mi gran alegría: diariamente, con tres gotas de vino y una gota de agua en la palma de la mano, celebré la misa. ¡Éste era mi altar y ésta era mi catedral!»
Decía Benedicto XVI que la superación de la culpa es importantísima en las historia de los hombres. Todas las religiones giran en torno a esta idea. Porque toda ofensa entre los hombres va en contra de la verdad y del amor.
Muchos piensan que hay que perdonar, pero no solo porque uno se siente mejor, sino también porque la ofensa provoca represalia.
Esto se ve claramente en una película que probablemente conozcas, “El Padrino”. Es una historia de venganzas: «Tú has matado a mi padre; yo te mato a ti».
La represalia forma, en vez de una cadena de favores, una cadena de agravios. El mal crece sin parar, como una bola de nieve que engorda con la pendiente; cada vez es más difícil superarlo.
Sin embargo el Señor nos dice que la ofensa solo se supera con el perdón, Seguir leyendo REFLEXIONES EN TORNO AL PERDÓN
Todo aquel que haga el mal, tendrá tribulación y angustia; en cambio, todo aquel que haga el bien, tendrá gloria, honor y paz, porque en Dios no hay favoritismos.
San Pablo le decía a los romanos (2, 1-11) algo que nosotros hemos de tener muy clarito: Dios no es parcial con nadie.
En la entrada de hoy nos tocará saber si nos creemos que somos “favoritos” del Señor.
…
Jesús siempre es manso y misericordioso, dulce con los que caen y comprensivo con los que tropiezan, pero reprueba con palabras, en extremo agresivas, la conducta de los fariseos.
Lo que hace que Dios se canse de los hombres no son los pecados, sino la conducta farisaica, que consiste en actuar con hipocresía, es decir, fingiendo cualidades o sentimientos pseudo-religiosos o bondadosos:
¡Ay de ustedes, fariseos, porque pagan diezmos hasta de la hierbabuena, (…), pero se olvidan de la justicia y del amor de Dios! Seguir leyendo EN DIOS NO HAY FAVORITISMOS…
Lo deja muy clarito CS Lewis cuando lo explica:
Nunca sabe uno hasta qué punto cree en algo mientras su verdad o su falsedad se conviertan en asunto de vida o muerte.
Es el escritor inglés convertido al catolicismo, en un capítulo de su libro Una pena en observación, quien hoy me ha ayudado a llegar a algunas conclusiones en torno a la confianza que da creer en algo o en alguien.
Imagínate que ves una caja atada con una cuerda. Está tan fuertemente amarrada que es imposible abrirla si no utilizas un buen cuchillo para cortarla y aun así es dificil que lo consigas porque su grosor invita a ni siquiera intentarlo.
Tiene una extensión considerable. Al menos 10 metros de largo que impiden que podamos abrir esa caja. ¡Qué seguridad!
Pues ahora piensa en que te animan tirarte por un precipicio. Te dicen que no pasa nada, que mucha gente lo hace y que vas a liberar mucha adrenalina.
Te colocan en el borde de un puente, te fijan un arnés de seguridad y estás a punto de lanzarte al vacío amarrada con la misma cuerda que antes custodiaba la caja y que ahora pretende impedir que te estrelles contra el suelo.
Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la comida para cenar, la cual no me gustó mucho que digamos y tengo que comer la comida que no me gusta.
Voy a entrar al baño y mi hija de apenas año y medio no me deja porque quiere jugar conmigo. No entiende que estoy cansado y quiero entrar al baño.
Después, tomo mi revista para leerla en mi sillón y mi hija nuevamente quiere jugar y que la arrulle entre mis brazos.
Yo quiero leer con tranquilidad mi revista, y sale mi esposa con su: “¿Qué tal me ves? Me arreglé para ti”. Le digo que bien, sin despegar mis ojos de mi revista.
Para variar, se enoja conmigo por que dice que no la comprendo y que nunca la escucho. No sé por qué se enoja si le pongo toda mi atención, es más, aún viendo la T.V. le pongo atención, bueno, siempre y cuando haya malos anuncios.
A veces quisiera estar solo y no escuchar nada, yo sólo quiero descansar.
Suficientes problemas tengo en el trabajo para escuchar los de mi casa.
Algunos actos de perdón que te pueden orientar para transformar tu vida, o tener una experiencia más saludable con los demás pueden ser:
1 – Tómate unos minutos y fíjate en qué es lo que te conduce a perdonar a alguien.
2 – Si notas que tienes una rabia o rencor muy arraigada contra alguien cercano a ti comienza a hacer algo valiente.
3 – Si de niña no te guiaron en el arte de perdonar cuando alguien se portaba de una manera injusta contigo, procura hoy guiar a tus hijos.
4 – Recuerda que el perdón es una decisión de ver más allá de los limites de la personalidad de otra persona, es reconocer que a pesar de todo es tan digna como tú.
El pecado es la desobediencia voluntaria y consciente a Dios.
Leyendo hoy esta definición me ha quedado muy claro que el hombre es quien tiene siempre la última palabra a la hora de decidir entre hacer el bien o el mal.
Parece algo demasiado lógico para siquiera plantearlo, pero no por obvio es menos cierto que en muchas de nuestras acciones en las que el camino elegido no es el del bien, tratamos de buscar otros responsables de nuestras acciones: provocaciones, tentaciones, desenfreno, temeridad, desconocimiento…
Todos los pecados están de algún modo resumidos en los siete pecados capitales. Cada falta cometida tiene de su raíz en alguno de ellos: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia o pereza.
Si te das cuenta, cada uno de esos pecados capitales acaba llevándote a una situación peor que la inicial y esto hace que tu pecado se multiplique.
En muchas ocasiones me he puesto a repasar esa lista de pecados y en algunos casos hasta me preguntaba que por qué llegaban a tener la categoría de capitales. Seguir leyendo SENTIRSE HUMILLADO, PROVOCADO…
Bien es conocido por todos, – los más afortunados solo de oídas – eso que llaman síndrome post vacacional, ese estado de depresión en el que el hombre tiende a sumergirse tras un largo periodo vacacional.
La vuelta al trabajo, a los hábitos normales de nuestra vida, el descalzarse las chanclas para volver a ponerse los zapatos y volver a cubrirse de rodillas para abajo, se convierte para muchos en una cuesta arriba anímica difícil de asimilar hasta pasadas unas semanas.
Lejos de afrontar este tiempo como una acción de gracias por lo vivido y por la nueva oportunidad de volver a nuestras rutinas, refugiarse en ese estado de zozobra no hace más que instalarnos en ese desasosiego que no conduce a nada.
Antes al contrario, este mes de septiembre siempre es una buena excusa para iniciar o corregir muchos hábitos y en el caso que nos ocupa, es momento de poner a punto algunas de nuestras actuaciones para con Dios.
Hablemos hoy de nuevo de la TIBIEZA.
Es buen momento para ver cómo andamos de temperatura espiritual. Seguir leyendo SUBIDÓN POST VACACIONAL
En conversaciones con amigos no creyentes hay una cuestión en la que siempre nos atascamos. A pesar de que nuestro diálogo comience a ser fluido en torno a cuestiones de fe hay un punto en el que coincidimos y a partir de ahí cada uno tira por su lado.
«Me gustaría conocer la verdad, saber dónde se esconde el misterio de la vida». Con esa cuestión nos despedimos hasta conversaciones más banales pues, en caso de seguir, nunca acabaríamos entendiéndonos.
Uno de mis amigos que dice no creer lleva tiempo buscando respuestas. Es muy amante de la ciencia. Le encanta leer y documentarse a propósito de estos temas, es seguidor, y esto ya dice mucho de mi amigo, de Eduard Punset, un peculiar científico español muy mediático que a mí solo me llama la atención por lo peculiar de su acento por encima de sus respetables disertaciones que no alcanzo a entender la mayoría de las veces.
«Se me hace duro vivir sin saber dónde está la luz, si saber cuál es la verdad», dice mi amigo.
Probablemente esa es una de las preguntas más importantes que pueden brotar de nuestro ser: ¿qué es la verdad?, ¿dónde la podemos encontrar?. Seguir leyendo ¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?
A algunos cristianos se les observa una infatigable actividad religiosa. Son dignos de admirar. Se les ve con devoción, mucho respeto, muy constantes en la oración…
Los puedes encontrar con frecuencia en la iglesia, muy a menudo en Misa. Conocen muy bien a los santos titulares de su parroquia, su devoción es palpable.
Son cristianos muy religados. Unidos con fuerza a Dios y a sus creencias. Entre los complementos de su vestir habitual siempre va a estar presente una cruz, una pulsera, una medalla o cualquier objeto que le hagan sentirse unidos al Señor.
Este tipo de actitud es muy loable.
Llegados a este punto de observación de este comportamiento nos separa una fina línea de la crítica y no quiero que por ahí se interprete mi escrito. Seguir leyendo ¿TÚ CREES QUE ALGUIEN TE SOSTIENE?
Era su cumpleaños.
Volvía a casa después de una agotadora jornada de trabajo. Llamadas, ruidos, dificultades y la carga de sacar una empresa adelante en tiempos de crisis. No hay clientes, todo cuesta arriba y pagar la nómina de los empleados es un milagro mensual.
Cansado retornaba al hogar, sabedor de que su mujer y sus tres hijos algo le tenían preparado. Me quieren mucho, pensaba al volante, al tiempo que una involuntaria sonrisa se esboza en su cara. Pensar en su esposa y sus tres hijos era luz en medio de una jornada llena de nubarrones. Deseaba llegar pronto: verlos ya.
En casa, cada uno había preparado su particular homenaje al padre. Sabían que estaba cansado y que todo lo merecía. Seguir leyendo REZAR COMO EN LA VIDA MISMA
Un cristiano, en el verano, no esconde ni guarda su fe como quien deja en el armario el abrigo de invierno. Somos cristianos siempre y, por lo tanto, nuestra comunión con Cristo ha de ser consciente y constante.
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La vida cristiana no se sostiene solamente en el “ser buenos”. Bondadoso, al cien por cien, sólo Dios. Por ello mismo este tiempo es propicio para no olvidar a Dios y ser rostros vivos de su presencia. Las prisas son enemigas de la caridad sin ruido.